¿Acabas de quedarte con el mango de tu martillo en la mano? ¿Te has sentido como un atleta haciendo lanzamiento de martillo sin pretenderlo?
No te lamentes de tu mala suerte y pienses que tu martillo a pasado a mejor vida. ¡Todo tiene solución! ¡Para eso tienes nuestros consejos prácticos!
Lo que te acaba de ocurrir es un accidente más común de lo que crees. Con el tiempo, los martillos suelen sufrir un desgaste habitual provocado por el continuo golpeo al que se ve sometido, que deteriora la fijación de la cabeza en el mango. ¡Y a volar! ¡Martillo va!
Toma nota de lo que necesitas para reparar tu martillo y que vuelva a ser una herramienta férrea como antes.
Última actualización el 2020-03-10 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
¡Comenzamos con la reparación!
- En primer lugar, nos colocamos nuestros guantes preferidos y fieles compañeros de hazañas.
- Con un segundo martillo, vamos golpeando los extremos de la cabeza del martillo dañado, hasta conseguir separar la cabeza totalmente del mango.
- ¡Es la hora del serrucho de costilla! Con mucho cuidado, debes ir remarcando el escalón que hay en el mango y que sirve de soporte de la cabeza. Observa su forma y procura dejar la diferencia más notable.
- Haz lo mismo con la marca superior del mango para poder incorporar la pieza que nos fijará perfectamente la cabeza.
- Aplica la cola para madera en la parte del mango donde va la cabeza
- Coloca la cabeza del martillo y golpea firmemente la base del mango para que la cabeza vaya asentándose en el mango adecuadamente.
- Retira el excedente de cola que haya quedado en el mango por el golpeo firme en la culata del mango.
- Corta una cuña de medio centímetro en ángulo para la posterior fijación de la cabeza.
- Comprueba que la cabeza se sitúa en un ángulo de 90 grados aproximadamente.
- Introduce la cuña en la marca superior del mango y golpéalo hacia abajo hasta que veas que se ha fijado la cabeza por completo. Corta con el serrucho de costilla el trozo de cuña que sobra y ¡listo!
- Si prefieres, puedes lijar la parte superior para un acabado más suave.
¡Y ya tienes el martillo a punto para clavar o martillear sin temor de que te vuelvas a quedar con el mango en la mano!
A continuación puedes ver el video detallado de todos los pasos mencionados para que no se te escape ningún detalle.